jueves, 24 de octubre de 2013

Esas películas bonitas II: El lado bueno de las cosas

Hace unas semanas abrí una sección sin planearlo. Hoy vuelvo a escribir sobre una película y caigo en la cuenta de que mi texto 
 se sostiene en una estructura similar. La semana pasada disfrute de una de una de #esaspelículasbonitas y otra vez salí de la sala con el espíritu un poco más lleno, más contento. No les voy a negar que mi presencia en el cine fue algo improvisada y que a penas había tenido tiempo de leer alguna reseña sobre la película, así que una vez dentro lo primero que llamo la atención fue que sus protagonistas fueran Bradley Cooper y Robert de Niro, el primero por ser conocido como postulante a Grey y el segundo porque asegura un buen rato de cine aunque la película se quede en suficiente.



¿Qué ofrece El Lado Bueno de las Cosas?. Cinematográficamente hablando es un filme correcto, sin grandes inversiones en escenografía ni ninguna de todas esas cosas que encarecen el cine, con un buen reparto, una línea argumental entretenida con los giros necesarios para no perder el interés y unos personajes bien estructurados capaces de llenar la historia. 



David o'Rusell adapta y dirige un largometraje lleno de positividad que parte del lema que la distribución en España tradujo como título. Y de eso se trata, de quedarnos con el lado bueno de las cosas, cruzada por la que pelea Patt tras salir de una institución mental por agredir al amante de su mujer.



El personaje que interpreta Cooper tratará de rehacer su vida obsesionado por demostrar que ha superado su trastorno bipolar y recuperar a su mujer, objetivo del que sus padres y psiquiatra intentarán alejarlo. Su planteamiento empezará a sanearse cuando conoce a Tiffanni -también con problemas psiquiátricos- y su planteamiento de superación inspirado en el baile. Ambos avanzarán esquivando obstáculos y enriqueciéndose persiguiendo diferentes metas que terminan encontrándose.



No podemos encajar el film en un género pues es drama y comedia a la vez. La historia pretende hacernos llegar eso precisamente, que entre las lágrimas y el dolor siempre pueda haber un hueco para la sonrisas y un 'tirar pa lante'.


 

Se agradece que cine clubs como Utiye nos anime a ver películas positivistas. En estos tiempos que nos toca vivir no siempre tenemos ganas de ver dramas que nos calen el pañuelo, ni ciencia ficción que nos recuerde lo simple que es nuestro día a día; a veces nos gusta ver historias como esta y recordar que estamos rodeados de personas y proyectos por los que merece la pena luchar.

2 comentarios:

  1. Yo la fui a ver al cine, justo al día siguiente de la entrega de los Oscar y debo decir que no me gustó nada. Ni chicha ni limoná. Es decir... La encuentro bastante tibia, bastante poca cosa. Tiene un argumento muy propio de esas películas Disney, sólo que en vez de haber un chimpancé que se apunta a un equipo de fútbol o un fantasma que ayuda al protagonista a conseguir a la chica, hay alcohol y sexo, pero la historia es igualmente pobre. Aparte, se nota que está basada en un libro, porque hace un montón de apuntes que no llevan a nada, como la aparición del hermano o del amigo que se escapa del hospital todo el rato. No aportan nada, pero se les concede cierta relevancia. Es un problema que surge muy habitualmente con las adaptaciones. Tampoco entendí el Oscar a la chica. Hizo su papel exactamente igual que el 80 % de las actrices de Hollywood dentro de su misma franja de edad.

    Aparte... ¿Bipolaridad? ¿Llegas a tu casa y te encuentras a tu jefe calzándose a tu esposa y como toda respuesta, el tío te dice que es mejor que te vayas? Hay que tener templanza para que el jefe no acabe con los sesos esparcidos, aunque sea de manera involuntaria. Si algo ha trascendido de la filmografía de Hitchcock es lo fácil que resulta morir en la bañera (no así en la cocina). No sé, me pareció un poco forzado achacarlo a la bipolaridad.

    ¿Ves por qué la gente no quiere ser mi amiga en Filmaffinity?

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  2. Está claro que no es un peliculón pero tampoco me parece una peliculilla, es tibia, para pasar un buen rato. No sé, a mi a veces no me apetece ver películas que trasciendan más allá de lo que quiere decir su historia. Está claro que el tema de la bipolaridad es bastante más complejo de lo que le pasa al señor protagonista y considero muy difícil introducirlo en un guión si no se conoce a fondo. También es verdad que hay personas que caen trastornos mentales tras el impacto de algo que ven o les pasa (un accidente, una muerte...) así que tp estaría mal llevado.

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