La tele últimamente no deja de lucirse. Famosos saltando en trampolin, tertulias de prime time, azañas judiciales por doquier y un sinfin de pasatiempos. Están todas esas cosas y luego está REBECA. De repente estás una noche en casa, viendo la publicidad de siempre y entonces, llega ella, con su melena rubia, su cuerpo de adolescente y su no menos inconfundible hit "duro de pelar" transformado en spot de neumáticos.
Ruedas resistentes y únicas -eso dicen- como ella y sus temazos, chirriantes pero pegadizos, tanto o más que la goma negra en el esfalto en pleno agosto, como reza su canción cuando la muy imprudente se quemaba en la playa para que su gavilan se fijase en ella. Ahora cambia el bikini por el leather y los discos por dinerito seguro.
Rebeca no es especialmente glamourosa por lo que no la imaginábamos en un anuncio de perfume o de cosméticos, aunque, a decir verdad, se nos pasaba por la cabeza cualquier otra celebridad antes que ella para protagonizar un spot de lo que fuera -léase Yola Berrocal o la archi-mega-super popular Belén Esteban-. El tema se las trae y resulta bastante apropiado para el objeto que se anuncia en sí.
La cuestión es la siguiente: ¿Resulta apropiado que hablen de tu empresa como la de "el anuncio de Rebeca"?. No es por hacer de menos a la rubia pero sé de más de uno que no sabría a quién nos referimos. La del "duro de pelar", vale, ¿y?. Me imagino a la agencia enseñando un book de Rebeca como posible postulante a protagonista, u ofertándola en 2x1 -como los neumáticos- "Tráenos a un amigo y llévate una actuación privada de Rebeca en tu taller más cercano".
Yo apuesto por una Rebeca que resurja de sus cenizas y regale a sus fans un disco lleno de temazos playeros y superficiales, que inciten a bailar y poco más. No tendremos en cuenta este anuncio como parte de su promoción, haremos como si no hubiese existido. Habemus Rebeca. Amen.