domingo, 6 de octubre de 2013

Esas películas bonitas: 'Bienvenido a casa'

No es mi intención crear análisis, ni alabar, ni encontrar pegas, no me apetece. A veces te sientas frente a una película esperando una trama que te mantenga espectante, una fotografía magistral, un buen guión; otras a penas lees sobre su argumento, ni siquiera la tienes pendiente de ser vista, das con ella por casualidad, aprietas play, te despierta, te hace sonreir y te mueve un poquito por dentro. Y, permitánme cinéfilos, críticos y demás esponjas del séptimo arte pero ver películas de ese modo, con la bombilla roja desconectada también es maravilloso. 



Así me dispuse a ver Bienvenido a casa de David Trueba, un filme al que llegué por casualidad a través de la ficha de Alejo Sauras en uno de esos momentos espesos en los que lees su nombre  y no recuerdas la cara del actor. Reconozco que  ni siquiera me detuve en el argumento, mis únicos datos fueron su director y sus protagonistas principales. Aunque no he visto ni la mitad de la filmografía de Trueba, leí su libro Cuatro amigos y lo recuerdo con simpatía, no sé, me caé bien "el David".




La película cuenta la historia de Samuel, un fotógrafo novato que decide trasladarse a Madrid para establecerse allí con su novia Eva. Llega a la capital con un trabajo bajo el brazo en una revista llena de personajes variopintos. Eva se queda embarazada y Samuel se ve inmerso en una guerra interna entre su juventud y la futura paternidad. A los periodistas y personal audiovisual os resultarán más que familiares los fragmentos de transición, divertidos y realistas.




 El filme tiene un buen reparto, muy equilibrado, con Alejo Sauras como protagonista e hilo argumental, Pilar López de Ayala,  Concha Velasco y el desaparecido Carlos Larrañaga. Pero es que además el resto del reparto se escribe con una pandilla sin desperdicio como Jorge Sanz, Santiago Segura y Ariadna Gil, entre otros. 



¿Y qué es lo bonito de la película?. Aprender a no huir de las responsabilidades, dar el paso de la falsa adolescencia a la adultez, afrontar el futuro con tesón, reconocer los errores, el encuentro con la paternidad y el valor de la amistad sean locos, obsesivos o ancianos tus compañeros de viaje. Y las metáforas: un invidente crítico de cine con un perro lazarillo también ciego al que se ha negado a renunciar, un redactor económico activista radical y grafitero que vive en una cueva de combate o un periodista sensacionalista disfrazado de ejecutivo de cuentas serio y respetable.




Si no la han visto y deciden hacerlo, se encontrarán con momentos graciosos, pícaros, tiernos y también dramáticos, en honor al ambiente laboral del largometraje, todo un magazine de pros, contras, pasado, presente y futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario