miércoles, 29 de enero de 2014

Sherlock: DIEZ razones por las que no puedes dejar de verla


No sé a ustedes pero a mi esto de los clásicos reconvertidos me da un poco de miedito. Por alguna razón, siempre desconfiamos de que algo que  ha logrado  mantenerse en la memoria del público -llámense lectores, espectadores (...)- con el paso del tiempo entre multitud de obras pueda ser aceptable cuando algún valiente -para bien o para mal- se decide a adaptarlo. Si echamos la vista atras podemos encontrarnos de todo. En lo que a series se refiere, Las chicas de oro fue uno de esos intentos que, a paesar del elenco con el que contó se quedó en una caída de bruces. Y mejor no hablamos de otras como El coche fantástico o Sensación de vivir, que mejor se las hubieran ahorrado.


A Sherlock lo hemos visto en serie animada, también con reparto de carne y hueso años atrás así que ofrecer un poco más de lo mismo no hubiera sido ni eficaz ni inteligente, o al menos no lo suficiente. Y como el señor Holmes es un cerebro privilegiado su nuevo padre adoptivo no podía hacerle un flaco favor y se curró una serie para la BBC que ha conseguido arrastrar a más de nueve millones de espectadores. Y oye, aprovechando que la obra ya carece de derechos de autor, era una oportunidad de difícil rechazo, que aunque pueda parecer frio, también es un aliciente con los tiempos que corren. A continuación una lista con DIEZ motivos por los que no deberían perdérsela:
1. Sherlock
Ese detective estiradillo, hombre de costumbres y freak de su época es en la versión de Moffat un trinteañero perspicaz de mente privilegiada, extravagante en sociedad y extraordinariamente interpretado por Benedict Cumberbatch. Y es que ese magnetismo del actor del que tanto se habla es palpable a través de la pantalla y se funde a la perfección con la hierática atmósfera londinense. Infinitivamente mejor que Robert Downey Jr, nada que ver. Después de ver la serie será complicado poder imaginarse a otro actor que encaje como lo hace el Khan de Star Treck. 

 
2. Watson 
Yo guardo un recuerdo tierno y simpático del señor bajito que acompañaba a Holmes en sus investigaciones. Pues Martin Freeman, el adorable hobbit de El Señor de los Anillos, es una especie de calcomanía del personaje de Conan Doyle porque incluso cuando Holmes le saca de quicio sigue siendo un caballero muy abrazable. Es el punto de inflexión del detective y no podría haber Sherlock sin John ni trama sin su presencia.



3. La serie no pierde la esencia de Conan Doyle
Como adelantábamos más arriba, la producción se luce en el Londres que el novelista describía en sus libros aunque el que se escenifique sea el de la época actual. Las calles, las casas, incluso la casera de Holmes puede permitirse el rulo y la bata de toda la vida sin que ello signifique deshubicarla del mítico 221 de Baker Street.



 
4. Las tramas son densas pero no interminables
Vale que en esto puede influir que los capítulos tengan la extensión de un filme y que las temporadas se concentren en a penas tres capítulos pero la red en cada episodio se estira sola y consigue que el espectador quiera tensarla más y más sin que llegue a romperse.  No voy a decir eso de 'te quedas con ganas de más' pero vaya, que te engancha cual droga, pero buena.




5. Ofrece personajes secundarios interesantes
Empezando por el que bien podríamos apodar como Moriarty "el cabrón" -sobrenombre que en España nos resulta tan funestamente familiar-, la esposa de John y su desdoblamiento de personalidad, los padres de Holmes conscientes de las rarezas de su pipiolo que nos recuerdan de vez en cuando que el detective no deja de ser un joven con inquietudes poco comunes de su generación. Todos los que acompañan a los detectives o pasan ocasionalmente por la serie acaban teniendo cierto peso en el argumento.



6. Es muy british pero no cae en tópicos
Porque está rodada en Londres, sus calles, su clima, la atmósfera, los tonos grises, las pieles pálidas, los ojos claros y porque no es nada banal. Tampoco ofrece el típico humor inglés. Sherlock tiene su propio ingenio, el que le hace único, sea británico o africano. Y, curiosamente, no dice esa frase con la que siempre se le identifica, 'elemental, querido Watson', o al menos yo no la he escuchado aún, que alguien me corrija si no es así.



7. No obvia las relaciones personales de los protagonistas
Es un aspecto que va dilantándose conforme avanza la serie y que se acentúa cuando John se casa. Los personajes se humanizan y sus propios conflictos van tomando importancia en el desarrollo del guión. Aunque Sherlock no parezca persona dada a las amistades que no sean la de Watson, es capaz de involucrarse en un nido de yonkis y hasta echarse novia.



8. Porque es dinámica y sorprendente
No es lenta, tampoco rápida, pero mantiene un equilibrio que la hace enérgica. También es inesperada, como toda serie que quiera hacer cosquillas al público. Tiene la capacidad de dejarte con la boca abierta cuando menos te lo esperas y de llevarte a la cama con la sospecha bajo la almohada.




9. Porque no es imprescindible que hayas leído los libros
A mi el tema literario con las adaptaciones me obsesiona porque la impaciencia me puede y no suelo aguantar. Este caso es diferente, quien más o quien menos ha visto alguna adaptación de las historias de Holmes por lo que tenemos una idea general del argumento y no es preciso haber leido las novelas. Ojo, no digo que estas no sean importantes, que lo son, de ellas salió todo pero buena parte de la información está en la serie. En cualquier caso recuerden, se trata de una adaptación moderna.





10. Porque si te gusta el té, ahora te gustará aún más
No hay que olvidarse del dopping inglés por excelencia. Ni Sherlock ni Watson levantan el dedito al beber de la taza y optan por la versión para llevar en vaso de papel porque recuerden, los crímenes no pueden esperar. Pero el té es algo muy inglés y que algunos preferimos al café. Así que si cuando vayan a hacer la compra y vean una marca británica de té, con su distintivo  y mensaje en inglés, no podrán dejarla fuera de su carrito. Larga vida a Sherlock.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario