miércoles, 19 de febrero de 2014

La gran familia española

Título: La gran familia española
Año: 2013
Duración: 101 minutos
País: España
Director: Daniel Sánchez Arévalo
Guión: Daniel Sánchez Arévalo
Reparto: Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre, Patrick Criado, Verónica Echegui, Roberto Álamo, Héctor Colomé, Miquel Fernández, Arantxa Martí, Sandra Martín, Sandy Gilberte, Raúl Arévalo, Pilar Castro
Producción: Atípica Films, Mod Producciones, Antena3 films
Género: Comedia (Drama-Romance)
Premios: Goya Mejor actor de reparto (Roberto Álamo) y Mejor canción (Do you really want to be in love? de Josh Rouse)
Valoración: *****




La gran familia española es una comedia de enredo familiar que se desarrolla en el día de la boda de dos jovencitos. Como mandan los cánones, este será el principio de una jornada llena de contratiempos, enredos y desencuentros entre los miembros de la prole que, más o menos avenidos, irán desvelando secretos, resolviendo incógnitas y entre tanto liándola parda. De fondo el partido España-Holanda del 2010 y el derroche nacionalista que este supone. 



La coincidencia de los dos eventos nos da la clave de lo que se supone va a ser divertido. La tensión de una boda, un partido de la Selección Española y un tandem de actores y actrices destacables en su mayoría parece una combinación infalible pero el resultado se acerca más a lo fallido que a lo aceptable. Ya sea por la colección de clichés -jovencitos incultos, un hermano con retraso mental, otro en tratamiento con antidepresivos- o por lo irregular de sus escenas; un baile prenupcial a modo de video clip que no hay por dónde cogerlo y que irrumpe en el film sin explicación. 




La historia fluye entre lo sorpresivo y lo aburrido. Los giros en su argumento comienzan pronto pero lo que promete se queda en agua de borrajas, todo empieza a parecer previsible y la trama se queda sin interés antes de llegar a su ecuador. Lo que parecen forzosamente secuencias graciosas entre el hermano arruinado, su hija y el hijo con retraso se quedan sin gancho y más que risa causan indiferencia. El hermano que regresa a casa tras dos años de ausencia, la novia de éste que ahora se acuesta con otro hermano y el lio postadolecente del pequeño, su novia y la amiga de ambos resultan ser los únicos motivos que terminan por mantenernos sentados en el sillón pero poco más.




La sensación cuando la ves es que cubre las expectativas pero lo hace a duras penas. Se queda lejos de ser una gran comedia y demasiado cerca de parecer ese tópico constante con el que tachan -muchas veces injustamente- al cine español, de producto facilón lleno de tópicos. También parece que si la trama principal -la del abandono de la madre- se hubiera reforzado el resultado, aunque más dramático, hubiera mejorado el producto final, sin embargo queda desplazada y resumida al desenlace como un detalle más que como la raiz de todo lo que acontece en el guión.




No obstante el film juega con dos homenajes que terminan por darle cierto encanto cinéfilo. Uno es el del camarero, guiño a Edwards en El Guateque, que aunque parece ajeno a todo termina enmarañándose con la familia y otro es el comienzo y cierre de la cinta en la que Arévalo inspira con la película de Donen Siete novias para siete hermanos. Dejarse se deja ver pero sin más notoriedad que la que le dan las interpretaciones de Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez.


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