martes, 26 de noviembre de 2013

El Capital: banqueros sin escrúpulos by Gavras

Amigas, amigos, la banca nos persigue. En nuestros buzones, en llamadas a deshora, en nuestros bolsillos. Ahí están los mandados, el empleado de banca, el que cobra los recibos, el que alerta sobre el saldo; luego están los peces gordos, los que asedían a los pobres y aplauden a los ricos, los que engañan, los "sin escrúpulos", para los que la ley está hecha de otra manera. Y por último están los que suben de nivel y pasan de ser corrientes a extraordinarios. De eso nos habla Costa Gavras en El Capital, película inspirada en el relato homónimo de Stephane Osmont, que narra el despegue imparable de un administrador que logra subir a la cima de la banca y bajar a lo más hondo de la debacle humana.



El francés nos presenta el relato fílmico como una lección de economía con un escaparate en estado crítico. El sector de la banca salpicado por la crisis en un afán de lucha contra el descenso, en una sociedad clasista en manos de los subditos del director de un importante banco que, enfermo, deja sus maniobras en una marioneta con aires de grandeza. Marc, ignorando todo esto, se pone en manos de la opulencia y la recibe directamente en el climax del poder de forma rápida y fallida. 



Y es que el personaje interpretado por Gad Elmaleh, se presenta como un eyaculador precoz en toda regla, tanto en el catre como en el desarrollo de los acontecimientos de su curriculum profesional, cualidad que demostrará que la rapidez en los resultados no es proporcional a la calidad de los mismos.




Gavras introduce párrafos narrativos que descubren la intencionalidad de la cinta. Un libro sobre la cultura mahoista en manos de la esposa de Marc como, por un lado, contraposición política y por otro, y más en el fondo, similitud en la idea de concentrar poderes en las menos manos posibles. Y como película europea que habla de dinero no podía prescindir del necesario aliado yanki que aparece de nuevo de forma muy didáctica en los momentos en los que Marc se empeña en utilizar el inglés como vía de comunicación con su hijo, controlado por los videojuegos, tambien americanos. Y aqui ya, saquen sus propias conclusiones.


Película correcta, de plena actualidad, interesante y en trascendencia con acontecimientos varios relacionados con la corrupción y grupos mafiosos de diferentes índoles. Altamente recomendada para banqueros en ciernes.



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